Investigadores han encontrado una manera de prevenir la pérdida auditiva inducida por el ruido utilizando un compuesto químico simple que es un precursor de la vitamina B3 (niacina).
Este descubrimiento realizado por científicos de Weill Cornell Medical College y los Institutos Gladstone tiene importantes implicaciones para prevenir la pérdida auditiva.
En un estudio publicado en la revista Cell Metabolism , los investigadores utilizaron la sustancia química ribósido de nicotinamida (NR) para proteger los nervios de la cóclea. La cóclea, u oído interno, transmite información sonora a través de estos nervios a lo largo de una vía hacia el cerebro. La exposición a ruidos fuertes puede dañar las sinapsis que conectan los nervios y las células ciliadas en la cóclea, lo que resulta en una pérdida auditiva inducida por el ruido.
Los investigadores que involucraron animales de laboratorio se propusieron prevenir este daño nervioso dando NR a los ratones antes o después de exponerlos a ruidos fuertes. NR logró prevenir daños en las conexiones sinápticas, evitando la pérdida auditiva a corto y largo plazo. Además, la NR fue igualmente efectiva independientemente de si se administró antes o después de la exposición al ruido.
“Una de las principales limitaciones en el manejo de los trastornos del oído interno, incluida la pérdida auditiva, es que hay un número muy limitado de opciones de tratamiento. Este descubrimiento identifica una vía única y una posible terapia con medicamentos para tratar la pérdida auditiva inducida por ruido ”, dice Kevin Brown, MD, PhD, profesor asociado de otorrinolaringología-cirugía de cabeza y cuello en la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte y uno de los los autores del artículo.
Los investigadores eligieron NR porque es un precursor del compuesto químico nicotinamida adenina dinucleótido (NAD +), que previamente se había demostrado que protege a las células nerviosas de la cóclea de lesiones.
Más allá de la simple prevención de la pérdida auditiva, los investigadores creen que los resultados pueden tener aplicaciones más amplias debido a la forma subyacente en la que NR protege las células nerviosas. Los científicos demostraron que NR y NAD + previenen la pérdida de audición al aumentar la actividad de la proteína sirtuina 3 (SIRT3), que participa de manera crítica en la función de las mitocondrias, las centrales eléctricas de la célula.
SIRT3 disminuye naturalmente a medida que envejecemos, lo que podría explicar parcialmente la pérdida auditiva relacionada con el envejecimiento. Además, algunos individuos portan diferentes variaciones de los genes SIRT3 que dan como resultado una actividad enzimática reducida, lo que puede hacerlos más susceptibles a la pérdida auditiva inducida por ruido.