Una nueva investigación ha demostrado cómo una especia cotidiana, la canela, podría alistarse en la lucha contra la obesidad.
Los científicos habían observado previamente que el cinamaldehído, un aceite esencial que le da su sabor a la canela, parecía proteger a los ratones contra la obesidad y la hiperglucemia. Pero los mecanismos subyacentes al efecto no se entendieron bien.
Los investigadores del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad de Michigan querían comprender mejor la acción del cinamaldehído y determinar si también podría ser protector en los humanos.
Sus hallazgos, publicados en la revista Metabolism, sugieren que el cinamaldehído mejora la salud metabólica al actuar directamente sobre las células grasas o adipocitos, induciéndolos a comenzar a quemar energía a través de un proceso llamado termogénesis.
Los científicos probaron adipocitos humanos de voluntarios que representan una variedad de edades, etnias e índices de masa corporal. Cuando las células se trataron con cinamaldehído, los investigadores notaron una mayor actividad de varios genes y enzimas que mejoran el metabolismo de los lípidos. También observaron un aumento en las proteínas Ucp1 y Fgf21, que tienen un papel clave en la termogénesis.
Subiendo el calor
Los adipocitos normalmente almacenan energía en forma de lípidos. Este almacenamiento a largo plazo fue beneficioso para nuestros ancestros lejanos, que tenían mucho menos acceso a alimentos ricos en grasas y, por lo tanto, una necesidad mucho mayor de almacenar grasa. Esa grasa podría luego ser utilizada por el cuerpo en tiempos de escasez o en temperaturas frías, lo que induce a los adipocitos a convertir la energía almacenada en calor.
“Hace relativamente poco tiempo que el excedente de energía se ha convertido en un problema”, dijeron los investigadores principales, Jun Wu, profesor asistente de fisiología molecular e integrativa en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan. “A lo largo de la evolución, el problema ha sido lo opuesto, la deficiencia energética. Por lo tanto, cualquier proceso que consume energía generalmente se apaga en el momento en que el cuerpo no lo necesita «.
Con la creciente epidemia de obesidad, investigadores como Wu han estado buscando formas de hacer que las células grasas activen la termogénesis, volviendo a activar esos procesos de quema de grasa.